Al finalizar este segundo trimestre del curso y en vísperas de Semana Santa, os hacemos llegar este mensaje a la comunidad del colegio.

Esta vez, el mensaje no contiene deberes, ni tareas que realizar por classroom o plataforma. Tampoco normativa laboral o económica, ni informa de instrucciones de la Consejería de Educación... Es un mensaje para todos, familias, alumnos, profesores, personal de servicio, trabajadores del centro. Para todos los que, a pesar de la distancia física que hoy obliga, nos sentimos familia del Colegio Diocesano.

En primer lugar, queremos reconocer y agradecer el esfuerzo por adaptaros a una situación que no ha sido fácil para nadie. Porque ha habido que modificar horarios y rutinas. Porque habéis tenido que compaginar el trabajo con las necesidades de la familia. Porque de manera exprés habéis cambiado la forma de impartir o de recibir las clases. Porque como sanitario, policía, dependiente, transportista... esta situación te ha colocado en primera línea de fuego para que todo funcione lo mejor posible. Porque estás ofreciendo tu tiempo, tus habilidades, tu dinero, tu creatividad para ayudar en lo que se necesite...

Gracias porque estáis siendo héroes. Los mayores pero, sobretodo, los pequeños. Nadie os enseñó a serlo. Pero, en la soledad del hogar y junto a la familia, lo estáis consiguiendo haciendo realidad minuto a minuto la solidaridad, el respeto a las normas y a los otros, el amor a los semejantes... Estad seguros que esta situación se superará y con nota; pero seguirá siendo una tarea de todos. Va a ser, sin duda, la lección magistral del curso 2020.

Con todo, en el extremo más doloroso de esta situación lo seguimos encontrando en las víctimas, algunos seres queridos vuestros. Nuestro recuerdo en estos días se despierta y se acuesta con ellos: con los enfermos y sus familias, con los que han fallecido y han perdido seres queridos, con los que están pasando un dolor sin duelo ni despedida. Tenemos cerradas las Iglesias, pero Dios está en nuestras casas y cualquier rincón de nuestro hogar es un rincón de oración. Los sacerdotes rezamos por cada una de vuestras intenciones. Nos las estáis transmitiendo a través de los tutores, pero, por favor, seguid haciéndolo para pedir y acompañaros.

Estas vacaciones de Semana Santa son más merecidas y necesarias que nunca para vivir nuestra propia pasión y la de nuestros semejantes. Pero, sobretodo, para esperar con ánimo una resurrección que gracias a Dios y al esfuerzo de todos, pronto llegará. No lo dudemos, la vida cotidiana se abrirá paso nuevamente.

Feliz Semana Santa para todos.