La semana pasada celebramos la Semana de la Solidaridad. Entre todos buscábamos recaudar fondos para contribuir a financiar un proyecto de Manos Unidas en Madagascar, en la región de Diana, provincia de Antsiranana (Nordeste del país).

Madagascar es uno de los países más pobres del mundo, el 75% de la población vive con menos de 1,98 $ por día. El proyecto trata de luchar contra la deforestación, la degradación de las cuencas hidrográficas y la destrucción de la fertilidad del suelo, cuyo deterioro determina la pobreza y la mala calidad de vida.

El proyecto trata de enseñar una nueva relación con el medio ambiente, más respetuosa con la naturaleza, creando equipos para la gestión de residuos y viveros para las comunidades base.El proyecto a financiar tiene un coste de 31.628 € y dejará 320 beneficiarios directos y otros 900 indirectos que aportarán su trabajo en las actividades del proyecto.

Y para conseguirlo nos lanzamos a organizar diferentes actividades en las que participaron con generosidad y entusiasmo alumnos de todas las etapas.

Los más pequeños tuvieron talleres organizados por las alumnas de FP CFGS de Educación Infantil y comieron un bocata solidario.

El alumnado de Primaria pudo disfrutar de unas gymkanas y juegos deportivos organizados por los alumnos FP CFGS de Enseñanza y Animación sociodepotiva. El viernes participaron en el bocata solidario.

También fueron depositando un euro de sus ahorros sobre la línea del euro que dibujamos en el suelo. Un sólo euro puede parecer poco, pero cuando lo unimos al del resto de los compañeros, puede llegar muy lejos.

En Secundaria, Bachillerato y FP también nos unimos a la línea del euro, y tomamos un bocata solidario (quizás no tan grande… quizás no con nuestro relleno favorito, pero seguro que con él estaba comiendo alguien más que nosotros).

Este año, como novedad, organizamos un sorteo solidario en el que se rifaron tres premios muy atractivos: un patiente eléctrico, dos entradas para el cine con palomitas y dos proyectores para Smartphone. Lo importante no fue el premio que se llevaron los alumnos con más suerte, sino el que regalamos a los menos afortunados con nuestra participación.

Y con todo este derroche de solidaridad y generosidad la cosa fue muy bien y conseguimos una recaudación bruta de: